Todos tenemos especial agradecimiento hacia aquellas personas que nos apoyan en los momentos malos. Tal es su magnitud que en ocasiones dejamos de ver mas allá de ello.
Por el mundo rondan personas con especial capacidad para apoyarte cuando todo va mal, sin embargo no por ello son mejores amigos, es más, no se debe bajar la guardia.
El buen amigo te apoya porque es tu amigo, pero no contento de hacerlo ya que preferiría que estuvieses bien, entonces el buen amigo no va estar encantado de apoyarte, lo hace porque te quiere pero preferiría que no lo necesitases.
El buen amigo muestra una alegría automática, espontánea y sincera, tal y como si fuera él el afortunado cuando en vez de algo malo, es una noticia buena lo que corres a contarle. Por que el buen amigo se siente feliz de que tú estés feliz y prefiere escuchar tus alegrías en vez de tus penas, simplemente porque desea que estés alegre y lleno de cosas positivas.
Entonces, huye del amigo que solo está cuando estás mal.
Ese amigo que le gusta estar en los malos momentos, que se desvive por ti, pero que cuando la noticia es buena no expresa una alegría natural y sincera, no da mayor importancia al tema, intenta incluso a veces enseñarte el lado negativo... ese punto de vista no tan bueno de la noticia que te lleva a necesitar su apoyo de nuevo.
Digamos que no está ahi por que tú lo necesites sino porque necesita que tu estés, con tus problemas para sentirse útil, importante, buena persona.... mientras no se alegra de ninguna de tus cosas positivas. Digamos que necesita sentir que le debes un monton porque hace mucho por ti.
O simplemente necesita cotilleos nuevos para ser lo mas interesante de sus reuniones sociales con otros de su calaña.
No te fies del que esta a tu lado para apoyarte pero escuchas como le dan rabia las alegrías de sus otros amigos cercanos, incluso aquellos de los que semajan uña y carne.
No te ates a aquel que te apoya ... atate a aquel que evita tener que apoyarte porque se encarga de ser feliz contigo, levantandote cuando tropiezas y alegrandose si no llegas a tropezar.
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