Antes de conocerte mi vida no era un cuento de hadas pero, al igual que tenía motivos para descansar un poco la sonrisa, tambien los tenía para sonreir ampliamente.
Atrás habia quedado una época de dependencia emocional y otra de mentiras agradables. Tras ellas habia pasado por el duro proceso (para mi) de aprender a no depender de nadie.
Aprendía a no necesitar a nadie mas que a mi misma, a ver lo demás como un agradable aliciente y valorar la amistad más que nada en el mundo. Aprendí a no necesitar una pareja que me apoyase y creí entonces que si algún día la tenía sería mas realista, fuerte ante malas situaciones y todo lo fría que fuese necesario para protegerme.
Tal era mi bienestar con esta soledad que hasta me planteaba vivir sola, lejos de todo lo desagradable pero también de lo agradable, sola yo conmigo misma, aprendiendo a ser todavía mas independiente.
Lo triste de esta época era la perdida de ilusiòn por los sentimientos, el exceso de protección y el candado tan grueso que puse a mi corazón. Entre mi comodidad por la solteria e independencia... aparecia una mirada triste al despertar y recordar que tenía el corazón vacio y que era demasiado el miedo que tenía como para querer llenarlo. Cuantos rechazos si alguien se acercaba... sería demasiado dura o... haria bien¿?
Entonces te conocí a ti, te conte todas mis alegrías, todos mis planes, todas mis ilusiones y también mi triste desilusión por amar. En poco tiempo te convertiste en un amigo que había entrado en mi corazón llenando ese vacío sin tener necesidad de protegerme, solo eso ya me hacía sonreir, tenía un motivo añadido y muy muy grande. Conocíste mi verdadera esencia, sin prisas, sin miedos, sin temores porque no esperaba nada entonces no debía desilusionarme con nada.
Llegaste a ser alguién tan especial que me enamoré, y me enamoré porque eras diferente a todo lo que me había hecho sufrir. Cambie mis ideas rotundamente sino sería imposible intentarlo contigo, cambie mi percepción de una relacion, los valores en los que se apoya y creía estar aprendiendo. Me decía " hasta ahora no conseguí nada con los que tenía, estos son mas viables, mas cuerdos, mas normales" y me ilusioné con ello.
Me ilusioné tanto que no pude resistirme a lo que no quería, abrir mi corazón para algo más que una amistad, abrirme de nuevo al amor.
Y ante, tanta novedad, ante tanta ilusión, ante tantas cosas positivas y diferentes... te convertiste en el centro de todo lo que me rodeaba. Pasaste a ser mi mejor amigo, mi compañero, amante, presente y futuro... lo pasaste a ser todo en muy poco tiempo.
Un poco después comencé a notar que te alejabas, los motivos son muchos resumidos en uno yo creo (tu aceptacion por la soledad crea frustración si la dejas, pues chocan tus costumbres ya arraigadas con la novedad de tener pareja, viendose está como una intrusion en tu espacio). Al notar esto mi mundo comenzo a desbanecerse, toda su base, su centro estaba flaqueando y mi miedo no ayudo en nada a tu situación, deje de ser la chica que era, me volví negativa, triste y ya casi no sonreia, y un día presintiendo incoscientemente quizás la falta de solución, comencé a llorar sin motivo. Tu desagrado empeoró empeoró y empeoró hasta que decidiste irte.
Me siento rota, me falta una parte de mi, es increíble que en tan poquito tiempo pueda decir cosas así pero realmente, aunque sea excesivo decir que eras todo, si eras la base de todo, me devolviste la ilusión y eso era algo muy grande.
Deje de tenerte como motivo adicional para sonreir y perdí mi independencia, baje la guardia de tal forma que ya no se como satisfacer mi corazón yo sola, como ser de nuevo autosificiente, me quedé tambien sin ese otro motivo para sonreir
Entonces llegaste dandome ilusion y te fuiste dejandome desnuda y sola y por mucho que te quiera no vas a volver, mi dolor es interminable.